miércoles, 26 de octubre de 2016

Hace 80 años: Inauguración de La primera Escuela Nacional de Boxeo en Managua


Héctor S. Varela, fue un impulsador del boxeo nicaragüense con tipología de elevado intelecto, capaz de echar a andar, organizar y ejecutar por iniciativa propia actividades boxísticas en pro de levantar el interés por un deporte que tenía unos 20 años de haberse iniciado en Nicaragua, pero que estaba de capa caída.

Ronaldo Martinez "Wilsito" y Pedro Carranza ( El Pantera Negra No 1 en Nicaragua) 1929


Fue precisamente a Varela a que se le designó director-fundador de dicha  Escuela, quien se puso al frente de la misma y se planteó el proyecto denominado “educación y enseñanza del boxeo como disciplina colegiada”. La Escuela de boxeo de Managua, fue inaugurada el 28 de abril de 1936.

Anterior a esta fecha,  desde 1915 a 1928, los boxeadores nicaragüenses ejercían la profesión un tanto desordenada y sin el interés y poco control por parte de las autoridades. Se organizaban eventos, había púgiles de llamativa simpatía por parte de los aficionados  pero no con el formalismo que se fue estableciendo.

Al llegar los años 30, los pugilistas que habían sido de gran atracción, tales como Enrique Leal, Ofilio Simonson,  Robustiano y otros conocidos como “El Coyote”, “Bueycito” etc, igual que el deporte de sus amores, estaban en decadencia
Kid Parajon y Tony Castillo 1939


De esas escuelas surgieron boxeadores de la casta de Kid Pambelé, Carol Bristela, Raúl Varela, Alexis Ferrari, Francois González, Hunter Hidalgo, y otros tantos, quienes sucedieron a los pioneros.

Lo propuesto  por Varela no se hizo esperar y poco más de dos meses después, seleccionó a los más destacados boxeadores amateurs del momento y dio inicio a un torneo eliminatorio para sacar a los campeones nacionales en las categorías.

Primer Torneo nacional de eliminatorias  de boxeo amateur.

De esa Escuela Nacional y otras, salieron los boxeadores amateur que competirían en este Torneo que se inició El 6 de julio de 1936, a las 4:00 p.m, con tres carteleras de cuatro peleas cada uno.

El local fue el Gimnasio Nacional, que para entonces sólo contaba con 400 butacas. El evento fue dedicado al Ministro de Instrucción Pública (Dr. Lorenzo Guerrero). Las entradas tenían un valor de 15 y 10 córdobas en ring side, 10 y 5 en gradas


1-En la primera pelea, (peso mínimo) Abraham Tellería y Lalo Ruiz empataron

2-En la segunda pelea (en peso mínimo) Manuel García dominó por decisión  al favorito  Mike Herdocia, pupilo  del campeón nacional de peso welter (Ronaldo Martínez “Wilsito”).

3-En la tercera pelea en peso mosca, Quico Mayorga, ganó por puntos al técnico boxeador Raúl Varela

4-En pelea estelar, en peso mosca la cual se pactó a 6 rounds, Carlos Quiroz “Cachiro” noqueó a Francisco Espinales que pesó 100 libras.

Segundo programa el 12 de julio, en el mismo local y a la misma hora

1-En peso ligero Rodolfo Romero (de la Guardia Nacional) perdió por decisión de los jueces, ante Silvio Tercero (Bill Turcios). Tercero, de la Escuela Nacional.

2- En la segunda pelea en peso gallo, Evaristo Medrano empató con Diego Peña, ambos de la  Escuela Nacional

3- En la tercera pelea en peso mosca Miguel Estrada (110 libras) empató frente a Pepe Guerrero

4- en la cuarta pelea, José Paniagua (84 libras) ganó a José Duarte (86 libras). Todos los combates fueron a cuatro rounds.

 
Bueycito


Tercer programa en León, el 26 de julio

El director del teatro de la ciudad de León (Fanor Ibarra Rojas), solicitó que  el tercer evento de eliminatorias, se programara  en su ciudad.

1-En el primer duelo, en peso mínimo, Carlos Bristela (Carol) empató con José Paniagua en tres asaltos

2-En la segunda pelea Miguel Estrada (Chaparrón) se impuso en 6 episodios a Campolo Medrano.

3- En la tercera pelea Raúl Varela (hijo), obtuvo una victoria por decisión  frente a Mike Herdocia (Guardia Nacional)


4- En el encuentro estelar, Monteleón y Alberto Aguilar empataron.

Otro de los eventos amateur en León, sucedió el 16 de agosto de ese mismo año 1936.

1-Caifasudo enfrentó y ganó  a Bill González, de la Guardia Nacional-

No obstante, podemos decir que en esos días en León, se dio un importante  suceso boxístico. El 6 de septiembre de 1936 se inauguró la Escuela Nacional Metropolitana de Boxeo. El evento se llevó a cabo fue en el teatro municipal de León, a las 3:00 p.m.


Antonio Obregón fue electo director interino de la entidad y Héctor Varela gestionó para que esta fuera reconocida por las autoridades nacionales del deporte (CNDD).


Carol Bristela, superó a Manuel García

El combate semiestelar también culminó con similar desenlace: Menocal II y el metropolitano Miguel Suárez. Además hubo dos matchs más, entre púgiles locales.

Dan Pavón y el salvadoreño Paco Varela, peleando en la categoría gallo, empataron en la pelea estelar.

Bajo un derroche de bravo coraje ambos contrincantes lucharon sin precedentes en este ring por conseguir el triunfo aun hasta el final de la brega. Esquivas admirables, pases de derechas e izquierdas, avances y retrocesos de inteligente técnica, bloc de fuerza en momentos de aprietos, fintas, engaños y asaltos de pujante combinación con juegos de piernas y ánimo sereno, fueron las características de esa hermosa lección boxística. Expresa la nota del diario La Noticia, del 10 de septiembre de 1936. p. 2,  respecto al encuentro

sábado, 22 de octubre de 2016

Actitud negativa entre réferis de boxeo



Ver que a veces un Árbitro pega más golpes a los boxeadores que ellos mismos entre sí, es una de las cosas, por las que muy  poco me gusta asistir a las carteleras de boxeo. Constantemente les están dando golpes en los antebrazos y en los guantes. Y eso lo veo solamente en Nicaragua.

*“El Réferi hará cumplir las reglas del boxeo en la pelea y tendrá supervisión sobre ella actuando dentro del «ring». Procurará caminar cerca de los contendientes pero sin estorbar la acción”.

*“Evitar tocar a los boxeadores durante el desarrollo de la pelea, excepto cuando estén en clinch (cuerpo a cuerpo) y no obedezcan la orden de separarse con la voz de break o fuera”

Estas son dos recomendaciones, entre otras para los árbitros de boxeo, que en distintos reglamentos encontré.

Todos los deportes que se practican requieren de un Árbitro o una persona que mantenga el equilibrio entre lo reglamentado y lo no permitido que pueda ocurrir.

De estos, entre  los más expuestos podemos señalar a los réferis de boxeo. En sus funciones están la de hacer cumplir las normas y la de proteger de riesgos a los contendores. ¿Y a ellos quien les protege?


No es nada cómodo arriesgarse a estar interviniendo entre dos rivales agitados que llenos de furor se debaten, en busca de prevalecer a punta de aplicarse golpes con toda la fuerza que se pueda.

Y en nuestro país, el salario que devengan por esta labor, es irrisorio en relación a la responsabilidad que tienen. Y en las categorías superiores a peso welter, el asunto es más riesgoso.

En virtud de lo riesgoso por su naturaleza y por cualquier reacción negativa (como ya se ha visto), de uno de los rivales en cuestión, el árbitro de boxeo debe tener una preparación psicológica para proceder debidamente y lo menos nervioso posible en una contienda.

Ver que a veces un Árbitro pega más golpes a los boxeadores que ellos mismos entre sí, es una de las cosas, por las que muy  poco me gusta asistir a las carteleras de boxeo. Constantemente les están dando golpes en los antebrazos y en los guantes. Y eso lo veo solamente en Nicaragua.

Lo que entiendo es que cuando los boxeadores caen en un Amarre, el réferi debe entrar sin hablar y separarlos con el debido respeto. No le veo nada consecuente el estarles golpeando, hablándoles  y reconviniéndoles cada 5 segundos, que no amarren, que no hagan esto o lo otro. Eso conlleva a que uno de ellos se vea perturbado más por el réferi, que por su rival.

Otra de las cosas que las veo bochornosas, es que algunos referís regañan, gritan y amenazan con mala cara y con el dedo a los boxeadores. Que feo es ver  y oír a un referí gritando con gestos de rostro endurecido: ¡¡ No me vuelva a hacer eso……….!! ¡¡ Venga aquí!! , les gritan para que el boxeador llegue al centro y quitarle puntos.

Entiendo que eso se hace sin hablar. Se le acerca al boxeador, se le toma respetuosamente de la mano y se le quitan los puntos.

Dicen que el que grita a sus hijos y a los demás es porque está nervioso, tiene miedo y porque es mal geniado también con la familia en su casa.

Generalmente eso lo hace un referí porque quiere hacerse notar más que los boxeadores. Los boxeadores son el espectáculo y a veces veo que unos réferis con eso, les faltan al respeto.

Si un Referí, para hacer cumplir las reglas le grita a un boxeador, le está invitando a que este  le grite también. El respeto debe ser mutuo, ¿o no?

Creo que el Árbitro debe ejercer su función sin gritar ni hacer gestos amenazantes, con el rostro ni con las manos.

Pero aquí casi no los dejan pelear. Usted siempre  verá un réferi  moviéndose a un paso de los boxeadores, queriéndole coger los brazos o pegándole en los mismos para que se separen.

El reglamento dice que él debe estar a la distancia más prudente y no cerca de ellos. Y que nunca olvide que el público paga por ver a los boxeadores y no al referi.

El único momento en que un réferi debe Gritar, es cuando le hace la cuenta reglamentaria a un boxeador que ha caído por golpe

Me parece y deja en que pensar a veces, que Es tan evidente el interés por ayudar a determinados boxeadores, que se le nota a un réferi de los nuestros a quien está inclinada su intención de proteger.

Es admirable como en el béisbol y en el Futbol, los encargados de mantener el control en los juegos, solamente hacen de señas cuando botan del juego a un jugador en el caso del béisbol. Y en el Futbol se acercan al jugador y sacan tarjetas indicando la sanción.


¿Quién de los amigos lectores ha notado eso de los referís en nuestro boxeo? Y ¿Quién de los amigos lectores, cree que los réferis deben actuar en silencio o deben gritar, regañar y amenazar a los competidores?

A todos los que actúan arbitrando en el boxeo nicaragüense, les aprecio, les respeto por su labor en el cuadrilátero, pero deberían revisarse y ayudarse entre sí a superar estas actitudes que señalo.

Estas mismas han sido son vistas y comentadas por otros asistentes a los programas de boxeo. Más de uno me ha comentado y preguntado de porqué actúan así, o porque no reciben seminarios al respecto.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Mi apreciación: Arnulfo Obando es un profesional del boxeo, no es un Mago




Ciertos amigos aficionados al boxeo, seguidores de las notas que publicamos de tan bonito deporte, expresan que Román González debe buscar un entrenador de “más cualidades”, con el fin  superar sus recursos. Y lo hacen sin prejuicios personales.

Entre aficionados y profesionales de la información, existen otros con cierta ojeriza personal, lo cual se nota en expresiones enfáticas dicen lo mismo. Los primeros de mente sana y los segundos, que indistintamente podrían tener razón, así como para los que no opinan al respecto, les expreso mi perspectiva.

“Sé qué haces tu trabajo con esmero y que no toleras indisciplina”; dije a Arnulfo Obando en entrevista reciente.

 Y si digo esto, es porque le conozco. Es difícil para mí (aunque quizá haya), recordarme de otro entrenador nacional tan obligado y exigente como Arnulfo.

Pero igual que todos, no depende de él, que un boxeador quiera, o pueda hacer lo que un entrenador aplica en la enseñanza.

Así mismo, igual que todos, los seres humanos tenemos nuestros límites, en nuestros propios estilos. Y Román, aunque yo y usted vea que le falta esto o aquello, no es una maquina codificada o un transformer´.  


Deberíamos saber y entender que no existe, ni aun en Muhammad Ali, el boxeador 100%, y que no existe el boxeador que nos pueda complacer a todos. Y en medio de eso hemos disfrutado de grandes espectáculos en un cuadrilátero.

Así como dicen de Arnulfo, yo digo de Roach y de Beristain. Al Curro Dossman por ejemplo, a quien siempre recordamos por haber trabajado con Alexis Argüello,  le pusieron en sus manos a otros como Eddy Gazo y fue imposible que hiciera Magia.

Quiero apuntar que en la nota, en ninguna parte se dice que Arnulfo es el hacedor de tal o cual boxeador. En estos momentos Obando es el entrenador jefe, de un equipo de trabajo. Eso de que “Yo hice a un Campeón Mundial” lo escucho hasta en boca de los promotores, y esa no es más que una expresión salida de las emociones.

Me pregunto: si un entrenador o un promotor hace Campeón Mundial a un Boxeador; ¿Por qué no lo mantiene como Campeón? MI respuesta es que: porque el boxeador es el que conquista la faja mundial y el boxeador es el que la pierde.

El entrenador es quien indica, quien transmite lo que quiere que el boxeador adopte y aplique, pero el boxeador es quien decide y hace lo indicado según su capacidad de asimilar o poder hacer lo que le enseñen.

Entre lo explicado, lo asimilado y aplicado existe una separación de responsabilidades.  Es el alumno quien debe  responder o corresponder en el momento del examen final, que es el momento de la competencia.  Y es en todo, en ese aspecto el boxeo no es excepción.

Quiero decir esto con la responsabilidad del caso y con conocimiento de causa. Fui testigo presencial y compañero de equipo en esos momentos de Alexis Argüello. Este hombre tan humano como usted y yo, era un alumno especial.

Siempre lo vi tercamente repitiendo lo que le indicaban y sin llegar a ser el Perfecto Boxeador, botaba, bloqueaba y pasaba golpes con cierta maestría y elegancia. Asimilaba y ponía en práctica como con urgencia los ensayos que el entrenador sugería.

Argüello era oportuno, ordenado y expresivo en su sistema de ataque, eso lo convirtió en el sorprendente y altamente peligroso maestro del contragolpe.

“Chocolatito” es el mejor de estos momentos. Está sin derrotas, ha hecho una labor extraordinaria, pero su estatura y su potencial, siguen siendo menores que otros grandiosos boxeadores como él.

Arnulfo Obando es un laborioso profesional y tampoco debe ser tratado como un intruso que ha llegado a usurpar la función que desempeña. Román y Gustavo Herrera, no se pusieron de acuerdo en términos salariales y fue entonces que se buscó a Obando.

Es Mi apreciación


lunes, 17 de octubre de 2016

Arnulfo: “Chocolate trabaja y acata”



*“Una Joya Clásica”                                                                                                                                 
*“Está sobrado”                                                                                                                               
*“Chocolatito” un Astro que nada lo apaga. 
*“No soy amigo de hacer conjeturas y comparaciones entre los boxeadores de ayer y los de hoy, pero es fácilmente perceptible  que Román González hubiera sido el vencedor de los pesos pequeños que en el pasado cargaron la etiqueta  de Los mejores”

Michangelo


Estas y otras expresiones he plasmado en mis diferentes escritos refiriéndome a Román González.

Obviamente, como es sabido, Román está invicto en 46 peleas y sin ese sometimiento al que me refiero en esta nota. No es porque haya perdido una pelea  que digo esto, es por las dificultades que se encuentra ahora tiene frente así a un boxeador, de más tonelaje, con buenas condiciones físicas.

Arnulfo Obando sabe bien lo que él como entrenador  puede y lo que no puede hacer.   Los ánimos mal intencionados ni la falacia están codificados en sus instintos. Así como asume los retos más  difíciles en el boxeo, no tiene límites  para responder a las necesidades del trabajo con Román.

En vista de que tengo mis inquietudes, y en lo inmenso que veo a Román González, he notado deficiencias en su técnica, concerté (por primera vez desde que nos conocemos), una reunión con Arnulfo, para específicamente, conversar y aclarar mis puntos de vista en lo que tiene como fisuras técnicas, Román González.

Mientras nuestro amigo Martin Wong Valle Aranda,  propietario de Atomic Pizza nos ponía una suculenta Pizza de Bycon, Pollo  y no sé qué más, conversé con Arnulfo, ese viejo amigo, a quien conocí a inicio de los 90 trabajando con el Chocoyo Acosta y Lázaro Frutos.

Y como sé que es de los hombres que no se dobla, de esos llamados en las expresiones populares, “Hombre de una sola Pieza”. Es amable, con ciertos grados de humildad, pero  cuando se decide a dar la vuelta difícilmente vuelve atrás. Fui al grano.

Arnulfo, no me cabe duda de tu capacidad y que has sumado experiencia. Sé qué haces tu trabajo con esmero y que no toleras indisciplina. Pero creo que con Román, que es un boxeador más cuajado  por aptitud natural, que de un forjamiento en el gimnasio, has sido indiferente, ¿o no es así?

Alexis exigía a Román, tanto que lo llevó a las lágrimas en más de una ocasión.  A mí me parece que a Román le hace falta exigencia, que ya no tiene detrás una persona a quien respete y que lo inste a ir más allá de sus cualidades. Y si hay, él no tiene el interés de someterse.
Evitando un tanto, responder  a lo específico, manifestó:

R-“Yo no ando chinchineando a ningún boxeador. Si no hace caso, poco a  poco me hago a un lado y dejo que otro entrenador lo agarre, sin problemas. Cierto yo  nunca he corrido de gimnasio alguno a un boxeador, al único que le dije que se fuera  de mi fue a Moisés Castro. Con Chocolate me llevo bien, él es obediente y no se niega al trabajo”.

Yo veo a ese Román  hecho un hombre, un prestigioso boxeador con los méritos que se le conceden conquistados a base de esfuerzo, pero también  sigo viendo a aquel  niño pletórico de cualidades, se ha casado dos veces, tiene dos hijos, gana elogios y dinero, pero desde ese tiempo, como que no evoluciona.
Diría mejor que no le he visto, avances técnicos. Se ha quedado con su capacidad para empujar y presionar la pelea. Esa difícil gestión de ir hacia adelante desplegando un ataque tupido sobre la humanidad de sus contendores. Haciendo uso de sus esplendidos recursos naturales.

R- “Hombre;  yo hago mi trabajo. Durante los entrenamientos yo pongo a Román a pasar golpes, a bloquear, a .moverse con velocidad, para esto uso boxeadores aficionados de peso más bajo. Lo que pasa es que él resuelve con su estilo, con su calidad y no puede estar ocupándose de ensayos a la hora de la pelea.

He visto, y uno que otro aficionado lo comenta. Chocolatito ante Arroyo y ante Cuadras se vio con cierta lentitud. También he notado que cuando lo han tocado a los bajos, se dobla un poco y baja la guardia. En nuestra conversación, antes de la pelea contra Cuadras, me dijiste que estabas trabajando en la velocidad a Román.


R-“Michangelo, vos me conoces pofito y sabes que a mí no me da temor, ni voy a sufrir por no estar con tal o cual boxeador- No me gustan, ni ando detrás de las cámaras, soy poco para andar figurando y a los rumores se les sale al frente y la verdad no debe molestar”.

Puede ser cierto que ha ocurrido eso en unas dos o tres ocasiones, pero no ha sido nada grave. Imagínate, que ni los rivales se han enterado. Román es un boxeador excelente, pero es humano. En la esquina, en cada descanso no se queja nunca. Asimila arriba y abajo. Tiene capacidad para sostenerse de pie en las peores dificultades.

Y eso de verlo más lento con falta de energías al final, seguramente es porque está en proceso de adaptación a una categoría superior. No olvides que está peleando con Campeones Mundiales, aunque hay quienes digan que son maletas, vos sabes que no es cierto.

No insistí en mas preguntas. Luego hablamos del futuro inmediato para Román.

Lo que aquí expongo alrededor de mi inquietud, no es extraño. Grandes entrenadores han sido como un padre para grandes boxeadores, y es a ellos a quien más han prestado atención. Sin embargo el espíritu de guerreros y lo que anhelan, está sobre toda carencia.


Ocurrió en la vida de  Durán con Néstor Quiñonez a quien  le decían  “Plomo Espinoza”. El grandioso boxeador panameño a este no le contradecía, le respetaba sobremanera. Plomo tenía más influencia en “Manos de Piedra”,  que Carlos Eleta y que  Luis Espada después,

Aconteció en la vida de Mike Tyson cuando le faltó Cus De Amato. Todos supieron de lo lastimado que se sintió Tyson. Sucedió con Argüello, él  tuvo eso con Miguel Ángel Rivas, “Kid Pambelè”. Incluso en Japón, cuando Argüello  iba a enfrentar a Kobayashi, “El Curro” Dossman por alguna razón quiso obviar a Pambelè, y el mismo Argüello, le dijo; él es como mi padre……

Rigoberto Garibaldi se fue del  lado de Rosendo cuando este no obedeció a una petición de seguir entrenando con la camisa plástica. Y Rosendo siguió escalando. Con Ricardo Mayorga tuvo algo semejante.


Y creo que Chocolate no es la excepción. Con Argüello, mientras otros menos trascendentes boxeadores se le revelaron, y expertos periodistas dijeron que Alexis se excedía, Román prefería llorar, pero hacer lo que “El Flaco” le exigía.

Argüello decía con quién, cuándo  y cuánto debía entrenar Román. Hasta otras personas allegadas a Román se opusieron. Tiempo después Chocolate agradecía esas exigencias. Quizá ya no es así. Sin embargo escucha y respeta, trabaja  y se somete a faenas intensas.  Obando y su equipo, algún mérito tienen, no hay duda

domingo, 16 de octubre de 2016


Mientras Buitrago y Espinoza batallaron para ganar, Quezada y Cordero dieron lo mejor


Anoche, en el Puerto Salvador Allende  la Promotora “Bufalo Boxing”  desarrolló el  cartel boxístico con ocho peleas, de las cuales la estelar de corte internacional estaba a cargo de Carlos “Chocorrón” Buitrago que enfrentó al mexicano Noe Medina en la categoría mini mosca.

El púgil nacional “Chocorrón” Buitrago sumó su victoria número 30 con dos derrotas y un empate a su registro personal, en tanto el mexicano quedó con 11 triunfos y 7 derrotas.

Medina había sufrido una derrota por nocaut en el cuarto round ante Félix “El Gemelo” Alvarado, razón por la cual se deducía que Buitrago podría hacer lo mismo, pero una vez más, “”El Chocorrón” se conformó con hacer una pelea pasiva, durante la cual su rutina de ataque fue de no más de dos golpes, salvo  en unas tres ocasiones que ensayó ataque de tres golpes.

En categoría súper gallo, la pelea semiestelar fue entre  Eliecer Quezada y José Cordero. Fueron estos quienes  hicieron la presentación más llamativa de la noche. La victoria por decisión unánime fue para Quezada que se apuntó su triunfo número 20, ha perdido 5 y tiene un empate.

Por su parte, Corderito que se esforzó para buscar el éxito y brindar espectáculo queda con 12-9 y cuatro empates en su récord.  

En súper gallo, Alexander Espinoza sumó 11 ganadas sin derrotas al imponerse por decisión unánime en ocho episodios al chontaleño Ismael Fernández, quien de esa manera llegó a 14 derrotas con ocho ganadas y dos empates.

Extrañamente  Espinoza, aunque ganó sin dudas,  pasó momentos de apuro y esfuerzo al límite ante un rival que ha peleado en mosca y gallo, y tan cómodo como sentarse a tomar un refresco en cualquiera de las bancas del Puerto Salvador Allende. Esto suele suceder cuando cualquier favorito es atrapado por la ansiedad del nocaut.  

En la categoría súper gallo, el capitalino Jordan Rodríguez (4-2) ganó por nocaut técnico en el segundo round al leonés  Walter Matamoros (4.3)

En el peso súper pluma, el granadino Alexander Obando (7-8-1), ganó decisión unánime en seis asaltos al Bryan Martinez (6-9-0)

En la categoría ligero Moisés Olivas (4-2) ganó por nocaut técnico en el segundo round a Erwin Flores

En peso gallo, Jordan Hernández ganó por nocaut técnico en el primer round a Cristofer Suarez

En peso Gallo Ricardo Blandón venció por Decisión unánime en cuatro rounds a Julio Bordas.