A siete años de su partida
“No Pambelè, ya lo probé, y ese jodido está duro, me
va a dar problemas”, dijo a su seccond al finalizar el primer round. Su
“maestro”, su “segundo padre”, su “mejor amigo”, como llamaba Alexis Argüello a
Miguel Ángel Rivas “Kid Pambelè” le había dicho. “Dale Flaco terminemos
temprano, ese muchachito, no debe pasar
del tercer round.
Pambelè y Argüello en su diálogo se referían a Ray
“Boom Boom” Mancini. Y efectivamente Mancinì fue de los más aguerridos rivales
que Argüello enfrentó en un cuadrilátero. Fue una batalla de constante golpeo
en más de 13 rounds.
Es deleitable y lastimoso a la vez, observar la magnífica combinación
de ganchos de izquierda al mentón,
upercout de derecha al plexo solar y finalizando con una larga derecha al
rostro, que fulminaron dramáticamente a Mancini.
¿Quién no disfruta o se queda perplejo de ver
aquella ejecución perfecta del milimétricamente trazado gancho de izquierda que
se estrelló en el mentón de Escalera en su segunda confrontación?.
La derecha espeluznante, certera y delirante que
desdibujó a Leonel Hernández, antes de la intervención del réferi Carpentier.
Es la misma que dobló a Kevin Rooney y
que hizo caer patéticamente a Billy Costello poco antes del final.
El ataque despiadado contra Rey Tam. Aquella infernal continuidad de golpes que desplegó
contra Rafael “Bazooka” Limón Y Boby Chacón, asombran y no se ven en todas las
peleas.
Las grandes y trágicas batallas contra Pryor fueron
obras maestras, arte boxístico que sucedió al upercout en corto que le dio el
triunfo ante Rubén Olivares al conquistar la primera de tres fajas mundiales.
Recuerdo la tarde cuando estaba sentado en su
oficina de Alcalde. Después del horario normal de trabajo, habíamos acordado
conversar un poco respecto a las formas de organizar un plan de trabajo y
rendimiento en los Gimnasios de boxeo, y
recordar momentos del pasado.
“Junior, yo no soy
capaz de mirar de frente a Michangelo si estoy en un estado indebido. Respeta a tu padre. Varias veces me
ha regañado el jodido y lo respeto, es un gran hombre”; comentó ese día a mi hijo, mientras
conversábamos y se recordábamos ciertos pasajes vividos.
No puedo negar que esa expresión, fue algo sorpresivo y honroso para mí. No
esperaba que sintiera eso por mí. Ese uno de los momentos en los cuales, a
pesar de sus debilidades, pude palpar su
don de caballerosidad, gratitud y muestra de estima a los amigos.
Y es que Alexis sabia reconocer cuando ganaba y
cuando perdía, de igual manera reconocía a cada quien lo suyo. En otras
ocasiones, al volver a su esquina cuando finalizaba un round decía a su second:
“Ya lo tengo, es mío. De este round no pasa”. Y así ocurrió con Elizondo, con
Rey Tam, y Leonel Hernández.
Alexis Argüello fue un hombre que como
boxeador, tuvo la capacidad de registrar
en su mente, la puntualidad del tiempo y la distancia para hacer más efectiva
su combinación de golpes. Fue capaz de apropiarse con mucha responsabilidad de la disciplina necesaria
para entregarse a la preparación más intensa.
Pero ese mismo hombre, grandioso, genial, admirable, ejemplar en su vida
deportiva, fue agrietado en su humanidad por los acechos del infortunio. Fue
vituperado por las pasiones políticas de quienes incluso manifestaron
admiración por sus hazañas pugilísticas.
Su fortaleza y su estado anímico vencedor, se
manifestó en todo el quehacer boxístico. Su debilidad se reveló en su
inclinación a las emociones y placeres,
que por lo visto, más fácilmente alcanzan a los que están en la cima.
La vida de Alexis Argüello, es la rica historia de
un hombre que combinó el ímpetu arriba del cuadrilátero, con la mansedumbre y
el respeto a sus semejantes en su vida cotidiana.
Vivió entre el carisma, la alta estima de un ídolo,
de un líder deportivo, y el fracaso, las
decepciones y el dolor de un hombre en su vida conyugal. Sus tres primeros
matrimonios dejaron tres divorcios, y el cuarto se tambaleaba.
Al llegar este primero de julio del 2016, se han
cumplido siete años de su fallecimiento. Nos quedan más recuerdos de sus triunfos
deportivos, que de sus tropiezos como
humano.
Dios, el todo Misericordia, le tenga en un sitio especial, y nosotros en el recuerdo de un
gran boxeador, un especial amigo.
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