domingo, 28 de agosto de 2016

A Propósito de la pelea de “Chocolatito contra el “Príncipe”


El 21 de agosto de 1981, en el  Pabellón de Deportes, del Hotel Caesars Palace, de Las Vegas, Nevada, EE.UU, el boricua Gómez, que tenía una racha de 32 victorias por nocaut consecutivos (incluyendo 14 en peleas por el título mundial Súper Gallo), después de comenzar su carrera profesional con un empate ante el panameño Jacinto Fuentes en 1974, decidió enfrentarse al Campeón Mundial Pluma mexicano, Salvador Sánchez
Don King, el promotor, le llamó al encuentro  "La Batalla de los Pequeños gigantes", y ciertamente es otra pelea de Los Clásicos que la historia del boxeo guarda en sus episodios.
Las agallas del puertoriqueño, no fueron suficientes para detener  la presión del ataque que desde el primer round impuso el mexicano. Fue tan arrollador Sánchez, que casi finaliza la contienda en el primer asalto con una precia combinación de izquierda y derecha.
Lo que Wilfredo Gómez ofreció al mexicano no fue una gran resistencia, sino una muestra de coraje y pundonor deportivo. Mientras  Sánchez se mantenía al acoso, Gómez contraatacaba y se defendía casi siempre contra las cuerdas.
A los dos minutos y nueve segundos del octavo asalto, el referí Carlos Padilla intervino y detuvo las acciones.
Las tarjetas registraban hasta el momento, anotación de 67 – 65 dos fichas,  y la tercera 66 – 67, todas a favor de Sánchez. Eso nos indica lo cerrada que estaba la lucha a la hora del desenlace.
Igual que Zàrate contra Wilfredo Gómez, igual que Argüello contra Aarón Pryor,  lo mismo que Mantequilla Nápoles contra Monzón, Wilfredo Gómez fue superado por un rival con  más tonelaje natural.


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