sábado, 27 de agosto de 2016

La hipérbole en el boxeo


Entiendo el toque emotivo y el buen manejo de la metáfora que ciertos escritores y comentaristas destacan en sus escritos o comentarios. Indudablemente que es bastante deleitable para el lector o el escucha, ese elemento.
Pero en la gramática existe lo que se conoce como hipérbole, algo que es usado de  manera tan natural y explícita en la conversación más sencilla o el verso más corriente, que se puede escuchar entre un grupo de ciudadanos aferrados a tal recurso gramatical, sin saber siquiera  que existe ese término académico.

Popularmente se le llama exageración. Y en ese arte es fácil encontrar ocho de cada diez ciudadanos en nuestro país, ya sea en el barrio, en el comentario radial, en la nota escrita  o en el más refinado bar de la élite social se comentan exageraciones.


Y en lo que me compete de acuerdo a lo que me gusta y que de igual manera,  algunos me han dicho que a veces HIPERBOLEO (exagero). Yo  me pregunto a cada momento que; ¿cuántas generaciones repicarán aquello de?:

“En aquellos tiempos maravillosos de los años 70, cuando el boxeo era todo pureza, todo hormona, daba gusto ver el boxeo,  ahora no sirve”. Deleitosamente expresan los enamoradísimos del ayer.

“Esos dorados tiempos eran cuando ningún boxeador eludía el bulto, cuando nadie peleaba un título mundial si no era por haber desbaratado a golpes a los mejores ranqueados”, asegura uno que otro aficionado.

“¡¡Ninguno de los que estaban en el escalafón era malo!!. ¡¡No había Campeón Mundial Mediocre!!  ¡¡ Era mejor porque se peleaba a 15 rounds!!, Exclama el Hipérboledo alterado.

Y no es tan así. Por supuesto que en cada época hemos tenido excelentes, buenos, regulares y menos, por eso siempre se estará tratando de indagar: ¿Qué hubiera ocurrido en una pelea entre fulano y zutano?, se pregunta alguien. “Cada quien es bueno en su época”, responde con prudencia otro.

Si se preguntaban o se decía: ¿Qué hubiera pasado en una pelea Rosendo Álvarez vs Ratón Mojica?

¿Cómo habría finalizado una pelea entre Rosendo Álvarez y Román González?, se preguntan otros hoy día. Es porque aquella y esta calidad, se reconoce.
Alexis decía y Duràn reseña, que en su época no hubieran sido campeones quienes les sucedieron en  los años 80.

Hoy, aquellos que fueron destacados y Campeones en los 80, dicen que estos de la actualidad,  no daban la talla con los de su época.
En fin, eso es cuento de no acabar. Se les olvida, o desconocen,  que más de dos boxeadores campeones mundiales en el pasado, fueron desconocidos por los organismos, porque hubo quien rehuyera o evitara un rival designado.

Con Aaron Pryor, los mejores de su época en su categoría y las más cercanas  (no menciono nombres por no herir susceptibilidades), no querían enfrentarse. Pryor se quejó mucho tiempo de eso.

El boxeo es un negocio que debe ser, o es manejado con astucia, con  habilidad administrativa y promocional,  de un boxeador que teniendo cualidades llega a la cima, y no con demostraciones de testosterona.

Llega a tales extremos la falacia, la farsante exageración que por ahí uno que otro dice: Tal marca es lo primero, lo demás es copia. ¿Y qué o quién no es copia de todo lo que ha ocurrido en la evolución?
 

Yo prefiero expresar; benditos sean los que me antecedieron, los que me han marcado el camino. Quienes nos han heredado las herramientas que uso para informarme y expresarme, en el mismo medio que lo hace aquel que se cree el Cristóbal Colón del medio que usa para formular sus inquietudes.

De repente me van a decir que el Sol y la Luna de hoy, son más débiles y sin la belleza de antaño. Siempre habrá y seguirán naciendo gente con capacidad  sobresaliente. En el boxeo y demás.

El recurso hipérbole en la gramática es bueno, mas no todos razonan el uso. Igual que en el boxeo que es bueno y bonito, seguro es que no todos boxearemos bien y bonito. 


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