Al finalizar la pelea entre “El Gallito” Rojas
y Knockout CP Freshmart, los nicaragüenses que estábamos pendiente vivimos momentos de inseguridad, y esto
se convirtió en una gran frustración
después del dictamen de los jueces, proclamando como ganador y nuevo Campeón
Mundial al tailandés.
Indudable es, que en los momentos antes del
pronunciamiento, ningún espectador tenía certeza de quien habría de ser el
ganador, la tensión era unánime, más las esperanzas estaban divididas.
La pelea confusa y sin momentos muy claros para
ninguno, dio la oportunidad a los jueces de bendecir a quienes pusieron el
dinero, para llevar a cabo el pleito. Sin expectativas de cambios o mejoría en
su accionar por parte del “Gallito”, atribuíamos el triunfo al valiente
matagalpino. Quizá no claramente, pero creemos que ganó.
Rojas fue el mismo que vimos cuando ganó el fajín
frente al sudafricano Hekkie Budler. La diferencia fue el planteamiento y los recursos
defectuosos pero permitidos (como el de amarrar), que usó Freshmart. Algo que muy poco vimos hacer a Budler.
Es verdad que Rojas
siempre fue al frente y buscó la pelea. Entraba y pegaba pero también recibía y
era anulado de inmediato por los brazos de Freshmart, amarres que se
convirtieron en la mejor arma defensiva
y que nunca fue capaz de evitar “El Gallito”.
Hasta hoy, su éxito ha
sido el atacar y atacar sin pausas. Y lógicamente, el equipo de Freshmart recurrió
al amarre constante, lo que contrarresta
con mayor efectividad y sin mucho riesgo a los boxeadores que se desenvuelven como
Rojas.
Esperar que mostrara
avances técnicos por el solo hecho de haber estado en Panamá bajo las
enseñanzas de Rigoberto Garibaldi, era algo ilusorio. Él no es un boxeador con
la fuerza suficiente en sus brazos y el poder en sus puños para evitar los amarres
y conectar golpes de nocàut. Nunca ha sido, ni será.
Y esa falta de
fortaleza es lo capitalizó Freshmart y faltó a Rojas. De otra manera, el tailandés
no hubiera usado tanto el recurso tan feo, como es el clinch. Además, el
planteamiento de los tailandeses debió ser: “Lleguemos hasta el final, y lo demás
lo harán los jueces”. Eso mismo ocurrió con “El Chocorrón”, que boxeando desde
afuera y evitando los amarres, ganó a Fresmart, pero al final, los jueces
hicieron lo mismo.
No sé si en silencio,
los organismos que avalan estos encuentros dirán: “Ellos pagan, ellos ganan”.
Si es así, la suerte está echada para aquellos que no son fenómenos del boxeo,
y encima de ello, en su país no encuentra el respaldo económico para organizar
eventos de campeonato mundial.
Que enviará al
organismo AMB, una carta de protesta y
solicitud de revisión de la pelea, nos comentó
Marcelo Sánchez, lo que como máximo, produciría el mandato de una revancha a mediano
plazo. (Fin de año quizá), porque
entiendo que los fallos son
irrevocables.
Pero no nos
extrañemos, ni nos sorprendamos, peores fallos se han visto. Acaso ignoramos que encontró apoyo, y se escapó el Chapo Guzmán de un sitio de
alta seguridad?.
Tampoco es difícil y creo que es más fácil encontrar apoyo en el boxeo, para ayudar a trasladar o encausar un veredicto favorable, hacia otro
sector. No es la primera vez, no tenemos que hacer esfuerzo para enterarnos, más que revisar la historia.
El Gallito y Marcelo
llegan el lunes al país. Con el ánimo en alto pese a la derrota, han manifestado
continuar sus planes y buscar chance en otro organismo, donde las reglas estén mas
claras. Importante será, que se subsanen malestares, que aunque se nieguen están, con Roger Rivas, su entrenador de toda la vida.
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