Nadie es consciente de su capacidad, hasta que la pone a
prueba. - Thomas Alva Edison
No es posible pretender escalar, cuando se ha
dejado de avanzar. Tampoco el triunfo se puede esperar si la preparación no se
ve como importante y se nos hace secundaria. Eso creo que ocurre cuando un
boxeador se dedica al descanso y la vida disipada mientras no está en
competencia.
Cierto, se debe tomar un descanso después de
cada pelea, pero luego de un tiempo prudencial, el período de inactividad es
para preparación y la oportunidad de buscar la superación técnica, la búsqueda de
condiciones.
El viernes 15 de
julio en el Horseshoe Casino, Túnica, Mississippi, USA, Walter Castillo fue
acremente sacudido por el ruso Sergey Lipinets. Castillo que hora registra 26 triunfos y cuatro derrotas se vio
minimizado por Lipinets quien lo sometió a duro castigo hasta que el referí, al
verle indefenso, intervino en el séptimo asalto y detuvo las acciones.
Quedó de manifiesto
la calidad y superioridad de Sergey quien es un boxeador invicto en 10 combates
profesionales pero con brillantes antecedentes de boxeador amateur y Campeón
Mundial en Artes Marciales Mixtas.
Pocos dudan que el
próximo año, Sergey Lipinets se instale como campeón mundial de las 140 libras,
posiblemente de la FIB, organismo en el que está afiliado. Por su parte
Castillo, da la impresión que se ha conformado con lo que tiene y muestra poco
interés en la superación permanente.
No puedo decir que
Walter Castillo es un extraordinario boxeador, pero sería ignorante si lo
califico de corriente. Así mismo es verdad que se cae en la mediocridad cuando la
autosuficiencia nos aleja de la convicción de que siempre estaremos aprendiendo,
si creemos que la superación es necesaria, aun estando en el mayor nivel.
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