lunes, 25 de julio de 2016

Olivaritos Nica; Un prospecto perdido y en abandono

“Oiga Miguel Ángel, dígame que se ha hecho “Olivaritos nica”, me preguntó en Lima, Perú, un amigo en 1981, agregando; “Ese Chamaco es un fenomenal boxeador, cuando estuvo por acá los aficionados al boxeo le disfrutábamos. No es normal ver a un boxeador con esas cualidades”.

Con mucha frecuencia, vemos que  jóvenes llegan a diario a los gimnasios de boxeo en busca de cultivar facultades y adquirir destreza para convertirse en profesionales y enrumbarse a lo que podría ser su perfil de vida. Son pocos los que se destacan y llegan a lo anhelado.


Menor es el número de estos, que se convierten en grandes y atractivas figuras. Pero  también existe el grupo de quienes desde sus inicios  muestran sus cualidades naturales y que  teniendo todo para ser estrellas, se pierden en el camino por tomar decisiones y rumbos equivocados.

Estos son los que se quedan como promesas, porque eligen caminos de maldición y terminan generalmente siendo lastimeras imágenes en las calles de cualquier ciudad.

En nuestro medio, recuerdo al jovencito que asombró a todo aquel que le miraba soltando sus golpes en el cuadrilátero de lo que fue “La Arena Kennedy”. Su nombre Jorge Luis Aguilar, a quien por su cabello lizo y corte de pelo, le apodaron; “Olivaritos Nica”.

Todos los días, en el semáforo de la entrada al barrio “La Fuente”,  al centro de las vías de la Pista,  se mueve en una Silla de Ruedas entre los vehículos,  esperanzado a las monedas que le pueda dar un piadoso conductor.

Las cualidades de Olivaritos eran excepcionales. Recuerdo una vez, guanteando con Alexis convertido en Campeón Mundial pluma, siendo Olivaritos un peso mosca, le puso un Gancho de izquierda en la barbilla al Flaco.

Enojado Argüello, que se tambaleó con el golpe, arremetió contra Aguilar y si Pambelè no se mete y dice “basta Flaco, no te enojes, él es más liviano”, Alexis hubiera dañado a su joven ayudante de ese momento.

Lo que expongo de Jorge Luis Aguilar, y puedan respaldar quienes conocieron a Olivaritos, quizá se quede corto de lo que realmente hubiera sido este nicaragüense que se quedó como una promesa del boxeo profesional nicaragüense, y finalizó siendo un ser humano inútil, abandonado a su suerte y viviendo de la caridad pública.

Siendo boxeador profesional que empezaba, fue llevado a boxear a Sudamérica, quedando  un tiempo por esos lados. Cayó en el consumo fuerte de estupefacientes, volvió a Nicaragua y en un accidente cuando viajaba en Motocicleta  con un su amigo de apellido Manzanares, casi pierde la vida, pero no salvó pierna y brazos. Nunca más fue el mismo.


Sé que ha sido visto mal por muchos y quizá haya alterado el orden social. Si usted lo  ve no le condene, no le juzgue, él es víctima del Alcohol, la droga y los malos corazones humanos.

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