Nota; corregida, mejorada y ampliada-
Existe un sector de aficionados,
–nicaragüenses-, que dice haber visto
ganar al mexicano Carlos Cuadras frente a “Chocolatito” González. La mayoría de
estos, lo dicen por puro carácter político. Y me refiero a nicaragüenses porque a los
aztecas los deduzco.
Román ganó, fue un triunfo inobjetable. Chocolatito
fue capaz de mantenerse indeclinable, con la sangre en su rostro, sin ningún temor
y al asecho permanente de un rival más fuerte y más rápido de manos. En una
categoría que no le es nada favorable, superó en todo al mexicano Carlos
Cuadras.
Ese supremo esfuerzo que derrochó “El Chocolatito”,
y los desesperados intentos de escapar, que en varias ocasiones ensayó el
mexicano, es lo que valió para que el ahora tetra Campeón, nos demostrara que
es capaz de frenar a Usain Volt y asfixiar con su presión a Michael Phelps.
Chocolatito, es como un juego de “tiro al blanco”
grande. Es un palacete de cualidades boxísticas en el cual,
todo mal disparo ofensivo, por muy lejos que pegue del centro o se clave
muy distante de la verdad, se verá siempre.
A nadie debería extrañarle que a Chocolatito le
revoloteen moscas. Es tan hermoso lo que hace, son tan encantadores los gritos
de júbilo que desata entre sus seguidores, que provoca un malestar atractivo,
entre quienes le ven como contrincante político.
Se advierte más la ojeriza y el ataque para quienes
son más notorios en la sociedad. Estos con sus proezas hacen más voz, mayor
exclamación de júbilo y son estimados
especialmente entre el gentío que les apoya.
Se ve y se escucha más la animadversión para quienes
hacen grandes conquistas, porque son
pocos. Por cuanto son más visibles, la agresión igualmente es más
evidente.
Siempre he notado que las personas estamos más
pendientes de quienes son diferentes. Es imposible no sentir atracción o
cuestionar sin fundamentos lo que no sabemos, o lo no podemos igualar de las personas
excepcionales.
¿Cuántos vieron a Román amilanarse en la dificultad? ¿Cuantos creen que defraudó
en su conquista del curto título mundial? Si existen son pocos, porque su
triunfo fue amplio y muy limpio.
Minutos antes del combate en una pequeña nota, literalmente señalé lo siguiente:
“Esperamos que “Chocolatito” tenga esta
noche, el suficiente oxígeno y vigor para no permitir que los desplazamientos y
constantes amarres que creemos empleará el mexicano Cuadras, así como la fuerza
del tonelaje para hacerse sentir, le sean tortuosos”.
El oxígeno que
solamente vi mermado en el último round, y el vigor para anular al rival en sus
desplazamientos, estuvieron ahí. La fuerza, en eso me pareció que como a Sansón
le cortaron un poco de melena.
Y es que Cuadras, por
estar en su hábitat natural, amarró fácilmente cuando pudo y absorbió sin mucha
dificultad el efecto de los golpes. Y lo tortuoso del combate abundó, no
obstante las agallas, su gran corazón, le sacaron a flote y condujeron
al triunfo, a Román.
Yutaka Niida, Manuel
Vargas, El Gallo Estrada, Akira Yaegashi, Edgard Sosa, Brian Viloria, Mc W
Arroyo y ahora “El Príncipe” Cuadras, podrían hablar de lo desesperante que es
tener de frente a un rival dotado de una industria de oxígeno, para no cesar en
su avance, y disparando golpes con todas las fuerzas.
Eso asfixia,
desespera, desanima, martiriza a los rivales. Y fatiga enormemente a quien
presiona. Los que no saben y ni siquiera se imaginan lo que digo, porque no lo
han vivido, expresan eso, su desconocimiento. Por eso no son culpables de sus
vanos comentarios. Por eso tienen razón.
La escaramuza de
golpes, marcadamente rapidísimos que soltaba de cuando en vez Cuadras, era apenas para tratar de frenar a esa pequeña
maquinaria humana, con el suficiente combustible para avanzar en busca de su
rival. Cuando no sacaba las manos, corría o amarraba. ¿Acaso no vieron eso?.
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